El código de colores
se utiliza en electrónica para indicar los valores de los componentes
electrónicos. Es muy habitual en los resistores, pero también se utiliza para
otros componentes como condensadores, inductores, diodos y otros.
Este código de colores
fue creado los primeros años de la década de 1920 en Estados Unidos por la
Radio Manufacturer's Association, hoy parte de la Electronic Industries
Alliance. El estandar internacional actual es la norma IEC 600621 publicada por
la Comisión Electrotécnica Internacional.
En un principio se
optó por pintar con colores el cuerpo, el lado y un punto (resistencias) o tres
puntos (condensadores), de un código de colores representando las cifras del 0
al 9 (basado en la escala del arco iris para que fuera más fácil de memorizar),
por la ventaja que representaba para los componentes electrónicos el poder
«pintar» su valor sin tener que imprimir ningún texto.
Si el valor de los
componentes estuviera impreso (tanto texto o como puntos de color) sobre un
cuerpo cilíndrico, al soldarlos en el chasis (hoy circuito impreso) el valor
podría quedar oculto. Por ello y para poder ver bien su valor desde cualquier
dirección, pasó a ser codificado con franjas anulares de color.
Las marcas de color
eran más resistentes a la abrasión, al ser inherentes a la superficie donde se
marcan. Aunque existe el riesgo de pérdida del color debido al óxido o la
exposición al calor de la propia resistencia, haciendo imposible distinguir,
por ejemplo, el marrón del rojo o el naranja. La suciedad, la luz o el
daltonismo también pueden confundir los colores.
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